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6 Ejercicios de estimulación temprana
Es común pensar que sólo se trata de actividades recreativas, pero están diseñadas para fortalecer estas áreas del desarrollo:
• Sensorial
• Motriz
• Cognitiva
• Lenguaje
• Socio-afectiva
Le llamamos “temprana” porque se realiza desde los 30 días hasta aproximadamente los tres años, cuando el niño alcanza la edad suficiente para entrar al kínder y cumplir otras tareas que ayuden a su crecimiento. Debemos aprovechar este momento pues es cuando tiene una mayor plasticidad y crecimiento cerebral, además en esta etapa se adquieren las destrezas y habilidades.
Los ejercicios de estimulación temprana son actividades como juegos, ejercicios físicos y canciones, que debemos presentar de forma atractiva con el objetivo de impulsar sus capacidades y áreas de desarrollo. Además, al ejecutarlas con nuestro apoyo, fomentamos la creación de vínculos afectivos que le ayudarán a desempeñarse mejor en la vida adulta y ser más seguro, sano y feliz.
Los ejercicios deben ser cortos, repetitivos, variados y si es posible acompañarlos con una canción que puedan recordar fácilmente; esto responde también a que la atención de un niño es breve y podemos explotarla con ocupaciones que tengan más de un beneficio.
Es recomendable acudir a una clase por semana, y reforzar en casa lo aprendido; la continuidad le ayudará a crear un ambiente más estructurado, que fomente su bienestar. Los estímulos deben proporcionarle aprendizaje, distracción, retos y vínculos afectivos.
Además, hay que considerar que los bebés no sólo duermen y comen, al igual que nosotros gozan realizando diferentes cosas, reír, crear, experimentar y sentir tu aprobación; es muy importante brindarles este tipo de espacios que les permitan conocer el mundo a tu lado. Aprovecha para realizar estos ejercicios de estimulación temprana.
Están divididas en grupos, y cada uno se enfoca en áreas específicas para la edad; durante el primer año de vida se clasifican en periodos de dos meses y posteriormente, de seis. Al principio nos concentraremos en trabajos para fortalecer su cuello y lograr el control cefálico, después en los giros, que debe efectuar por sí mismo, y en la siguiente etapa comenzará a sentarse manteniendo el equilibrio. Casi en el primer semestre llegarán el arrastre y el gateo, para que más adelante, cerca del año comience la marcha.
El equilibrio será fundamental para su desarrollo motriz, y lo puedes incentivar de varias formas de acuerdo a su edad.
Inicia de la cabeza a los pies; cada parte del cuerpo deberá realizar dos ejercicios, por ejemplo:
• Cabeza. Moverla de arriba hacia abajo
• Hombros. Subir y bajar; adelante y atrás
• Brazos. Flexionarlos y extenderlos; amasarlos –oprimirlos suavemente– de las axilas hacia abajo
• Muñecas. Círculos hacia dentro y fuera
• Dedos (manos). Amasar cada uno a partir del pulgar
• Piernas. Flexionarlas, extenderlas; bicicletas
• Pies. Círculos hacia dentro y fuera
• Dedos (pies). Amasar cada uno comenzando por el pulgar
Tip: Inicia con cinco repeticiones e increméntalas hasta llegar a 10 por sesión.
0 a 2
Ponlo boca abajo y llama su atención con una sonaja; muévela de izquierda a derecha y de arriba a abajo. La finalidad es que cada día sostenga mejor su cabeza y la dirija hacia donde está el estímulo auditivo.
2 a 4
Pon una cobija en rombo y acuéstalo en el centro. Sostén los extremos laterales y jala uno, como si fueras a cubrirlo. Cuando esté a punto de girar, tira del otro extremo para compensarlo y que no ruede completamente. Tras arrullarlo un par de veces de cada lado, gíralo hasta dejarlo boca abajo.
6 a 8
Ayúdalo a rebotar levemente. Tómalo con tus manos y siéntalo sobre una pelota (puede ser de pilates, de 65 cm), después, alterna la velocidad en segmentos rápidos y lentos. Escuchen una canción que tenga ritmos diferentes.
8 a 10
Ponlo boca abajo sobre la pelota y muévela de derecha a izquierda y de adelante hacia atrás. Mantente muy alerta para evitar accidentes.
10 a 12
Siéntalo dentro de una caja resistente, limpia y con suficiente espacio para que pueda moverse con libertad. Ahora, jálala como si estuviera dentro de un automóvil. Si lo crees conveniente, dale un juguete; deberá mantener el equilibrio y sujetar lo que trae en las manos.
• Cada ejercicio requiere supervisión y un espacio agradable, bajo un ambiente seguro
• Saturar a tu hijo no lo hará más listo ni más feliz. Al igual que tú, necesita descansar y moderar los ámbitos recreativos, educativos y de reposo
• Una educación completa depende no sólo de la cantidad de ocupaciones, sino también de la constancia y variedad de las mismas
• La crianza integral comprende una alimentación adecuada, actividad física, educativa, musical y sobre todo, los vínculos afectivos creados en el hogar
Al estimularlo, además de fomentar su desarrollo psicomotriz, le ofrecerás un momento agradable en familia, aprenderán a convivir, a jugar y a mantener un programa de ejercicios, con un orden y secuencia. Esto le permitirá a tu hijo formar la capacidad de crear hábitos y a ti de establecer límites claros.
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